Todos hemos oído alguna vez eso de: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Seguro además que hay mucha gente que se encuentra en un peso apropiado y defiende esta teoría aplicándola cada día. Como están delgados nos creemos que es por eso, reforzando en nuestra mente la idea de que tiene que ser cierto y además es que suena muy bien.
Pero la verdad es que si alguien adelgaza o mantiene su peso es sencillamente porque come la cantidad correcta de calorías. Lo que importa es el balance energético entre lo que consumimos y lo que gastamos.
La cantidad exacta de calorías que necesita una persona para mantener su peso se calcula a través de la fórmula de Harris-Benedict. Si una persona necesita 2000 calorías e ingiere 1800 adelgazará aunque lo haga al revés desayunando como un mendigo y cenando como un rey.
Si toma 2500 calorías aunque su mayor parte sean en el desayuno ya puede cenar como un mendigo o ni siquiera cenar que dará igual porque de todas maneras engordará sin duda alguna y es que las matemáticas no engañan.
Otra cosa es que nosotros mismos cenamos ligero, pues no es bueno irse a dormir con digestiones pesadas, además de que normalmente cenamos al menos 3 horas antes de acostarnos.
Este mito está especialmente extendido en los gimnasios, se basa en la idea de que por la noche el cuerpo se va preparando para el letargo que supone el sueño. Vamos a estar 8 horas con el cuerpo en reposo total y mínimas necesidades energéticas, por lo que los carbohidratos no son necesarios, no sólo se refieren a pastas o arroz, ni siquiera las frutas.
Mucha gente en los gimnasios se atiborra de proteínas sin darse cuenta de que sin carbohidratos el cuerpo usará esas proteínas simplemente como fuente energética, en vez de usarlas para reparar las fibras musculares y hacerlas crecer.
Otra vez le vuelve a tocar a los hidratos de carbono, y sencillamente la verdad es otra. Los índices de obesidad y sobrepeso en casi todos los países están en los niveles más elevados de su historia y según la OMS no tomamos la cantidad de hidratos de carbono recomendada, que debería ser un 55% del total de nuestros aportes calóricos y sólo llegamos al 40%, abusamos de grasas y de proteínas.
Los hidratos aportan 4 calorías por gramo al igual que las proteínas. Una vez más la culpa no es de los carbohidratos sino de que tomamos demasiadas calorías.
Otra cuestión sería lo malo que es comer carbohidratos refinados de lo que hablamos en este post.
Otra cuestión sería lo malo que es comer carbohidratos refinados de lo que hablamos en este post.
Harinas refinadas: comida basura |
Fuentes:
Imagen de freedigitalphotos.net by David Castillo Dominici
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